
¿A qué aspira usted? A ser una dama de honor con mención en chaperonismo, o quizás un licenciado en modestia de buenos modales y bien caballero. Por cinco lingotes más estudie memorización lingüística o aprenda a cocinar comida típica de la península marciana más remota.
Aprenda a tejer con el hilo invisible que no se ve e hilar lo imposible a los ojos. Sea usted el mejor criador de moscas de la historia y jáctese de aparecer en la enciclopedia general de los multiojos con alas. Solicite via e-mail el último manual para leer el futuro a las vecinas quejumbrosas y aliviáneles el dolor constante de viudez psicológica.
¿Qué quiere hacer de su vida? Dígame. Utilice los mejores tests de aptitudes, aumente su vocabulario leyendo diccionarios y vea televisión en hora es

Y no es por ser tontona. No, no hay de qué. Que llorar mares no le sirve señorita, que enterrarse las uñas en los sesos no le saca más C.I, que leerse a los escritores de moda ni ver las últimas películas de cine independiente le hará crecer un par de centímetros, ni el yoga ni la acupuntura enjuagará sus cochinadas mentales, que ni el sushi ni la dieta del lagarto le serán útiles para ese rollito imaginario en el espejo. Ni las jaladas de coca ni las pastillitas amarillas le harán visitar otros espacios. No señores, ser culto y moderno no es nada de fácil. Y me importa un coño si no tengo vestidos rojos y zapatos de tacón.