martes, 27 de noviembre de 2007

Teletón: Algo Más Que Unas Cuantas Lucas.

Por Alejandro González

El ser solidario no es fácil, requiere de sentimiento, sensatez y… dinero. Esto último bien lo saben esos 16 millones de chilenos que dependiendo del tamaño de su billetera harán el aporte para una obligación moral y comercial que ha perdurado durante 29 años en nuestro país… la Teletón.

Quién pensaría que este evento llegaría a calar tan hondo en el inconsciente de una nación entera. Quién se iba a imaginar que de unos modestos 84 millones de pesos tendríamos que llegar a la infinita meta de 11 mil 800 millones. Sea cual sea la cifra, estamos ad-portas de una nueva versión de esta cadena de buenas intenciones y desinterés constructivo, en donde, los medios se unen para llevar a cabo una hazaña de la que año a año nosotros somos también protagonistas.

Protagonistas fugaces de una vil mentira inventada, en la que todos nos creemos el cuento de que somos lo más bueno sobre la faz de la Tierra. Claro… para mí es fácil dar unas cuantas lucas para que los niñitos discapacitados puedan tener su silla de ruedas, sus bastones, sus prótesis o bien, para que reciban un tratamiento fructífero que los haga caminar, sin embargo, no es tan fácil el ver a esa misma gente en el paradero de la micro haciendo esfuerzos sobrehumanos para poder subir al bus del transantiago o cuando desea subir o bajar las escaleras del mall, del metro o de un edificio. Claramente, esa caridad expresada en dinero no se da de igual manera cuando tenemos a un tetrapléjico al frente de nuestras narices.

No me siento orgulloso de la Teletón, no me siento un buen hombre al dedicar 27 horas de amor a miles de niños incapacitados para caminar si los 364 días que restan me olvido sus existencias. Eso no es solidaridad, no es cariño, no es ser sensato… es ser un ente hipócrita, vacío e inconsecuente.

Ya lo sabe, este 30 de Noviembre y 1 de Diciembre la cosa no sólo se trata de abrir las billeteras, sino que también va por abrir nuestros corazones. Un ser humano puede dar mucho más que solo un par de lucas, y esto no implica ser ajenos a una realidad que discrimina crudamente al discapacitado. Y si se llega a alcanzar la meta este año, no canten victoria sin antes tener la convicción de que la rehabilitación de ese niño incapacitado para poner sus pies sobre la tierra será llevada a cabo también por parte de uno, auxiliándolo, defendiéndolo y dándole mucho más que un depósito en el Banco de Chile.