viernes, 7 de diciembre de 2007

Transantiago, mercy me!

Por Adrián Fernández-Romo

Mientras todos nos maravillamos con los avances tecnológicos que nos mostró el Dani más abajo, Santiago completo se lamenta de lo que suponía ser un gran ídem, un revolucionario nuevo sistema de transporte: el Transantiago.

Y es que ya se van a cumplir diez meses de la implementación de esta novedosa forma de transporte público que prometía más comodidad, menos tiempo en recorridos y menos contaminación.... y resultó ser TODO lo contrario.

Uno que es "de provincia" quizá ni se imagina lo mal que lo pasan en la capital. Cuando lo estrenaron el 19 de febrero pasado, yo estaba en Viña de vacaciones, pero estabamos al tanto por la tele de lo que pasaba. Yo creo que muchos, con los noticieros de la noche, llegaron a hacer pucheros de lo penoso que era ver la gente como reclamaba, iba colgada o tenía que esperar a todo sol, hechos sopa, la micro que venía "lueguito". Peor aún fue el lunes. ¿Qué pasó?

Resulta que todos los recorridos y planes para este proyecto, se hicieron siempre en teórico. Cuando lo llevaron a la práctica, se dieron cuenta recién que no coincidía con la realidad chilena. Además, las micros se hicieron pocas, teniendo que enchular las agónicas micros amarillas para que entraran al servicio.

Otro punto: la tarjeta Bip!. La verdad es que no es mala, pero casi nunca funciona, y eso de que hay que estar pendientes de si tiene saldo o no, aumenta un poquito el stress del capitalino. Opinión personal, era mejor si la tarjeta hubiera sido como un TAG, es decir, personalizada y que la cuenta llegara al final de mes a tu casa. Muuucho más cómodo.

Es tanta la molestia con el Transantiago que ni los mismos de la Concerta lo apoyan. Le aprovaron un presupuesto de luca, que alcanza apenas para dos viajes. El Gobierno ahora busca desesperadamente cómo financiarlo, mientras que Metro también se queja de que por culpa de los gusanitos su servicio ha empeorado... o mejor dicho, sobrepoblado. Hasta Zamorano tuvo impasses con las micros de colores.

El punto es que nadie se hace responsable. El gobierno actual le tira la pelota al anterior, y el anterior se la devuelve al actual. A Espejo "lo fueron" para que Cortázar arreglara, algo a tratado de hacer... pero las pifias que recibió en la Teletón aclaran cómo está la situación. Y si todo sigue así, tendrá que dejar su cargo el 30 de diciembre.

Pese a todas las rencillas políticas, el que paga el pato es el chileno medio común. Y lamentablemente, por la gran centralización que aún existe, Santiago sí es Chile, por lo que más de alguno le va a tocar sufrir. Por mi parte, lo he usado dos veces y no he tenido problemas, pero, siendo empático, uno se amurra escuchando las quejas de los que lo usan diariamente.

¿Soluciones? El lunes se implementaron nuevos recorridos para varios de los colorinches sectores en que dividieron la capital. El 17 anunciarán otras nuevas medidas.

Lo que no sabemos es que si todo esto dará resultado...
Al final, ¿pa' donde va la micro?